Mendoza está recorrida por cuatro ríos del sistema del Desaguadero, que bajando desde los Andes, atraviesan todo su territorio: el Atuel, el Diamante, el Tunuyán y el Mendoza.El río Atuel nace en los faldeos del portezuelo de Las Leñas, a 4.000 m de altura y tiene una longitud de 375 km. Su recorrido comienza hacia el noreste y luego toma hacia el sureste, donde los saltos que genera fueron aprovechados para la construcción del dique El Nihuil y la instalación de tres centrales: Nihuil I, II y III, con sus respectivos diques derivadores y el embalse de Valle Grande. Dado esto, sus aguas que antes desembocaban en el Desaguadero, hoy solo llegan con grandes crecientes y por lo general terminan su recorrido en los bañados del Atuel en La Pampa.El Diamante tiene un régimen hidrológico glaciar y al descender de la montaña discurre por el cañón de Agua del Toro, donde se ha construido la represa hidroeléctrica homónima. Al ingresar a la zona de planicies sus aguas disminuyen por infiltración y evaporación, hasta desembocar en forma de delta en el río Salado.El río Tunuyán recorre el valle del Portillo cortando cordones montañosos con dirección este para luego describir un arco hacia el norte rodeando el macizo de las Huayquerías. Desemboca en el Desaguadero por medio de dos brazos y en su curso se ha construído el dique El Carrizal.Por último el Mendoza nace de la confluencia de los ríos de las Vacas, las Cuevas y Tupungato, cruza la precordillera por el valle de Potrerillos y, tras atravesar el desfiladero de Cacheuta, alcanza la planicie. A partir de allí su curso se orienta hacia el noreste desembocando en los bañados de Guanacache.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Hidrografia
Mendoza está recorrida por cuatro ríos del sistema del Desaguadero, que bajando desde los Andes, atraviesan todo su territorio: el Atuel, el Diamante, el Tunuyán y el Mendoza.El río Atuel nace en los faldeos del portezuelo de Las Leñas, a 4.000 m de altura y tiene una longitud de 375 km. Su recorrido comienza hacia el noreste y luego toma hacia el sureste, donde los saltos que genera fueron aprovechados para la construcción del dique El Nihuil y la instalación de tres centrales: Nihuil I, II y III, con sus respectivos diques derivadores y el embalse de Valle Grande. Dado esto, sus aguas que antes desembocaban en el Desaguadero, hoy solo llegan con grandes crecientes y por lo general terminan su recorrido en los bañados del Atuel en La Pampa.El Diamante tiene un régimen hidrológico glaciar y al descender de la montaña discurre por el cañón de Agua del Toro, donde se ha construido la represa hidroeléctrica homónima. Al ingresar a la zona de planicies sus aguas disminuyen por infiltración y evaporación, hasta desembocar en forma de delta en el río Salado.El río Tunuyán recorre el valle del Portillo cortando cordones montañosos con dirección este para luego describir un arco hacia el norte rodeando el macizo de las Huayquerías. Desemboca en el Desaguadero por medio de dos brazos y en su curso se ha construído el dique El Carrizal.Por último el Mendoza nace de la confluencia de los ríos de las Vacas, las Cuevas y Tupungato, cruza la precordillera por el valle de Potrerillos y, tras atravesar el desfiladero de Cacheuta, alcanza la planicie. A partir de allí su curso se orienta hacia el noreste desembocando en los bañados de Guanacache.
Relieve
La Provincia de Mendoza posee un relieve que varía en su perfil geomorfológico y en donde destacan en rasgos generales, las elevaciones de los Andes al oeste y las planicies recortadas por serranías aisladas al este.La región montañosa está dividida en tres zonas bien definidas: la cordillera principal, la cordillera frontal y la precordillera. La cordillera principal es un sector del encadenamiento montañoso andino de gran altitud, con picos como el cerro Aconcagua de 6962 metros (el más alto del país y de América) o el Tupungato de 6800 metros de altura. Se observan dos sectores divididos más o menos a la altura del río Diamante, que presentan una faja plegada y corrida, pero con características diferentes en lo que respecta al desarrollo y a la participación del basamento.
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